viernes, junio 30, 2006

 

Retro: la vida en los tiempos de Melchior

Al final con tanto traqueteo y el tema de la evacuación de Melchior quedaron en el tintero unas cuantas semanas de vida en aquellos pagos…cómo era la existencia por esos tiempos?

Después de casi un mes de estar trabajando sin pausas como carpinteros, mecánicos, marineros profesionales y tantas otras cosas más, por fin nos llegó la hora de hacer lo nuestro: meternos en el aspecto científico.

El 12 de abril pasó el rompehielos yanqui Lawrence Gould con el grueso del cargamento científico para poder laburar: la friolera de 40 cajas llenas de material del más diverso tipo, casi una tonelada, 5 metros cúbicos.




Por suerte el clima acompañó con una jornada perfecta y soleada. Aprovechando el atraso que hubo hasta el mediodía disfrutamos un poco lagarteando al aire libre.

Una vez chequeado y rechequeado todo lo recibido nos pusimos a meter todo en el laboratorio. O al menos en el lugar que convertiríamos en laboratorio. No voy a negar que asustaba un poco ver semejante desparramo de material, tratando de ver cómo organizarlo y acomodarlo según las técnicas que teníamos que llevar a cabo. Muchas de las cuales por falta de tiempo no tuvimos posibilidades de revisar en el breve paso que hice por Canadá antes de venir para acá.

Principalmente se cernía sobre nosotros una gran incertidumbre de lo que se venía adelante…y en mi caso particular el peso enorme de la responsabilidad de llevar a buen puerto semejante proyecto, el más grosso que tiene Canadá actualmente en estas latitudes, ya que camino a Melchior me había enterado de que efectivamente figuraba como jefe científico durante la invernada y la transecta de regreso…o sea!

Poco a poco fuimos sacando todo, organizando un poco los protocolos para cada medición, consensuando con los investigadores principales (PIs) en Canadá para estar seguros de hacer las cosas según sus requerimientos…un trabajito de hormigas.

Un inconveniente extra era el tema de las instalaciones eléctricas. Puesto que las originales no cubrían los requerimientos mínimos de seguridad, hubo que trabajar codo a codo con Stevens para hacer un diagrama de conexiones viables y que estuviera acorde a la potencia del generador que habíamos instalado.

Y como no podía ser de otra manera, empezaron a surgir los inconvenientes. El regulador de voltaje sólo alcanzaba para emplear la mitad de la potencia del generador y sólo teníamos salida de 220 V. Considerando que en Canadá usaban 110 V y la mayoría de las cosas que nos mandaron eran para ese voltaje, ya se vislumbraba un potencial problema. Las estufas de kerosén que teníamos para calefaccionar los ambientes no eran muy confiables que digamos y ni siquiera teníamos provisión suficiente de mechas. Buscamos calentadores eléctricos…pero estos consumían mucho teniendo en cuenta que el ultra freezer que habíamos colocado en el piso de abajo, crucial para la muestras, era una máquina de absorber energía. Ah, y el tanque del generador era un chiste de 15 L que no tenía una gran autonomía que digamos. Esos entre otros innumerables asuntos que se fueron presentando.

Igualmente de a poco fuimos avanzando. En el lugar que teníamos designado en el velero para el laboratorio (también sala de medicina, atelier mecánico y lavadero) instalamos el aparataje para medir DIC (carbono inorgánico disuelto), el pHmetro, el conductímetro y la máquina para purificar el agua. Sólo el DIC implicaba la instalación de un equipo de infrarrojo, una computadora y un tubo de nitrógeno…apretado el asunto!!

Descubrimos que nos faltaban algunas cosas, como el reactivo patrón para poder medir amonio. La casa era un colador y cuando soplaba viento el chiflete te congelaba hasta el alma. Por eso no se podían dejar todas las cosas guardadas allí ya que la temperatura ambiente andaba en los - 5 °C…digamos que no es lo mismo que un laboratorio en un ambiente más cálido. Y lo que faltaría aún cuando llegara el invierno!!!

Uno de los hitos fue la reubicación de la boya que marcaba el punto de muestreo en el que íbamos a trabajar. Decidimos moverla un poco más lejos, de manera de tener un lugar con mayor profundidad de extracción de agua. Y justo el día que decidimos hacerlo un témpano gigantesco pasó frente a nosotros…justito hacia la boya! Cuando nos dimos cuenta el cacho de hielo se nos venía encima y nosotros seguíamos tirando de la soga para recuperar el ancla. Muy tarde…el hielo cortó la soga y nos quedamos con el ancla bajo el mar.

Igualmente no nos rendimos y aprovechando uno de los anclajes del velero que se había zafado adosado a un bruto cacho de roca, improvisamos un nuevo ancla y volvimos a la acción. Esta vez salió todo de diez y la boya quedó perfectamente ubicada y visible desde el Sedna….al menos por un día!

A la mañana siguiente cuando salíamos de entrenar me llamó la atención no ver el puntito naranja en el horizonte. No era que estaba miope, algún otro témpano pasajero se la había llevado de recuerdo junto con los 140 m de soga…agh!!!!

Casi cuatro semanas después de la visita del Gould, luego de infinitos cruces por el puente llevando los más diversos elementos, estábamos listos para la gran prueba de los sistemas eléctricos en el laboratorio. Y fue un desastre!! Los transformadores de 220 V a 110 V para poder usar las bombas de vacío para filtrar se quemaron en un abrir y cerrar de ojos, una de las lámparas que teníamos estaba en corto, se nos fritó el cargador de baterías…de terror!!!


Manteniendo la calma, íbamos buscando alternativas para cada uno de los problemitas que iban surgiendo…hasta que llegamos a un punto en que no hubo escapatoria. No había manera de tener 110 V en la casa y por ende, no podíamos filtrar, que era una de las tareas principales durante los muestreos.

Plan B!! Plan B!! Y ahora qué hacemos??? No quedó otra opción más que recurrir a los yanquis nuevamente y pedirles si podían pasar de nuevo el próximo mes con el material que precisábamos para poder trabajar adecuadamente. No fue nada sencillo y Gustavo tuvo que negociar bastante. Pero no quedaba otra! Y para colmo, se nos venía encima la fecha de partida de su nueva incursión, con lo que los tiempos para conseguir las cosas eran más que acotados. La solución final fue concertar dos pasadas, una a mediados de Mayo y la otra a fines de Junio, de manera que lo que no pudiera llegar en la primera vuelta, se trajera en la segunda. Premonición???

Así volvimos a dedicarnos una vez más a las tareas rutinarias del velero…stand by por unos días…

Mientras tanto los días seguían acortándose de a poco pero inexorablemente. En una semana era increíble ver la diferencia entre el lugar en el que aparecía el sol y por dónde se ocultaba…se nos venía la famosa noche antártica, que por estos pagos nos dejaría en los días más cortos con un lapso de 4 a 5 horas de luz.



Volvimos a cambiar de uso horario para estar iguales que Montreal. Dos horas para atrás, con lo que recuperamos un poco de luz en las mañanas…al costo de que a las 16 ya se nos venía la noche. Para poder aprovechar un poco más la jornada, comenzamos a levantarnos a las 6 de la mañana para ir a hacer ejercicios a nuestro improvisado gimnasio. Una perseverancia a prueba de todo. Con Seba no faltamos un solo día de lunes a sábado. Amelie también casi tuvo asistencia perfecta. Y de a poco se fue sumando el resto de la tripulación, que casi en su totalidad se acercaron en algún momento aunque sea a probar las bicis por un rato…

También por esos días comenzó la tarea de montar una pared de escalada artificial. Tal vez la más austral del mundo…al menos canadiense!!

Lo mejor del cambio horario es que con Mariano logramos convencer a la gente de que los fines de semana almorzáramos a las 13 y cenáramos a las 19 en lugar de las 12 y 18 habituales, como para aprovechar mejor el día. Costó, pero lo logramos!!!

Y hablando de comidas, gran debut gran! Cuando me tocó cocinar junto a Marco el primer domingo de abril, como buen argentino no me quedó otra que prometer un asadito…claro, habitualmente no soy de los que la tienen clara con esas cuestiones y más bien me cuento entre los que asisten a los asados como comensales…pero qué decirles acá?? Sin escapatorias, no tuve muchas alternativas...



Obviamente ese domingo amaneció nevando y siguió nevando todo el tiempo, pero no iba a apechugar a esta altura, no? Con la ayuda de Mariano nos mandamos y preparamos un lomo asado con choricitos de rechupete! Estrenando la parrilla de Melchior, hice mi primer asado antártico y bajo la nieve!!!! Vendrían unos cuantos más…



Junto con el incremento del período de oscuridad Francois y Mariano presentaron en sociedad unas lámparas para hacer luminoterapia y de esa manera disminuir los efectos negativos de la falta de luz solar. Por un lado cada uno recibió unos pequeños veladores que tenían la particularidad de encenderse paulatinamente media hora antes de que sonara la alarma, a modo de amanecer. También se podía simular un atardecer. Igualmente su eficacia estuvo siempre en duda. Más cuando vimos que la frecuencia en Hz de los aparatos no era igual a la del velero por lo que la hora se adelantaba constantemente. Eso requería hacer una estimación del horario al que uno quería levantarse y reajustarlo cada noche. Poco práctico. Ni hablar cuando se volvieron locos y empezaron a retroceder la hora! Finalmente terminaron como simples veladores de cama.

Pero por otro lado había 5 lámparas que posta eran para luminoterapia. La radiación era especial y simulaba la del sol, sin los efectos nocivos de los ultravioletas, claro! Me asesoré pero no, no servían para broncearse! En teoría con media horita a 30 cm de la luz durante las mañanas era suficiente para contrarrestar la falta de sol. Yo me lo tomé muy en serio (el único al principio) y comencé a hacer uso de las susodichas lámparas durante los desayunos. Tan así que el lugar en el sillón al lado de la luz terapéutica quedó reservado para mí en esos horarios. So pena de tener que desayunar con un molesto sentado al lado bien pegado tratando de absorber la luz lo más cerca posible! Jajjaja…

Inclusive hasta llegué a creer que funcionaba (tal vez fuera cuestión de fe?) y a pesar de que venía durmiendo muy pocas horas entre el trabajo, el ejercicio matinal y las películas nocturnas, de todos modos después de mi dosis diaria salía con las pilas cargadas para seguir el resto del día.

Eso sí, con Seba era sagrada la “power nap” después del almuerzo. 15 minutitos (no más!) de siesta profunda antes de encarar la jornada del “apres midi”…

En medio de nuestras tareas de montaje del laboratorio también hicimos un poco de carpinteros y con Mario armamos una separación para el camarote con un tabique de aglomerado. De esta manera cada uno pasaba a tener un poco de intimidad visual...no tanto olfativa como auditiva. Pero mejor que nada, no? Yo pasé a ser propietario de un exclusivo Loft en el barrio del Bronx con 1 x 1,5 m de superficie cubierta más la cama. Buena decoración, baratito de mantener…jajajja…

Ya algún día podremos mudarnos a los más amplios y lujosos barrios del “Downtown” en el centro del velero o quizás a “Beverly Hills”, en las inmediaciones de la popa. Entre Marco (prácticamente Italiano) y yo (sudaca) le damos el toque latino al Bronx…completado por Martin (homeless?) y Seba (científico…puaj!).

Dentro de las actividades que quedaban pendientes estaba terminar de instalar la antena parabólica. Y finalmente quedó lista para ser probada. El detalle de orientarla para obtener señal no fue precisamente trivial! Qué laburo de chinos!! Moviendo grado a grado, milímetro a milímetro hasta encontrar las coordenadas ideales. Jean y Mariano le metieron muchas horas al asunto hasta que por fin lo pudieron descular. Ya podíamos ver tele en el cuarto de las bicis cuando el generador estaba prendido! Un par de sábados después de cenar fuimos con Marco a ver algo. Por supuesto que a él sólo le interesaba buscar cosas relacionadas con el fútbol…




Mirar las noticias era tóxico y lamentablemente no teníamos los canales Premium para ver alguna peli (cómo si no tuviéramos suficientes!!). En que terminábamos? En los canales musicales mirando videoclips. Definitivamente llegamos a la conclusión de que el reggaetón es una porquería y todas las canciones son iguales…pero las minas que muestran en los videos son mortales!!!! Eso sí que resultó ser nocivo para nuestras pobres neuronas…

Quedaba una sensación de vacío al apagar la tele, salir de la casa y ver la inmensidad del paisaje antártico con el Sedna de fondo…no hay boliches por la zona para sacarse las ganas!!!!

Cómo nos trató el clima en esas épocas? Bueno, tuvimos unas cuantas tormentas con vientos de casi 100 km/h que pusieron a prueba la resistencia de las amarras y los anclajes. Hubo que hacer unas cuantas incursiones para hacer reparaciones, pero nada irrecuperable.

Empezó a nevar más profusamente y de continuado. Igualmente las temperaturas nunca cayeron demasiado. Algún que otro -8 °C como extremo…ya habrá tiempo para el fresco más adelante, no?

Los días de sol escasearon bastante así que cada ocasión había que aprovecharla para hacer algo. Tuvimos algunas noches de esas increíblemente estrelladas y apacibles, que eran una invitación para emponcharse y tirarse panza arriba a contemplar la vía láctea. Y si la nieve estaba recién caída, mucho mejor aún!! Con la luna llena se podía andar tranquilamente sin linternas y la luminosidad reflejada era tanta que se podían sacar unas fotos increíbles.

Una de las características de estas semanas fue el comienzo de la visita de los témpanos de hielo en nuestra caleta. Algunos pequeños e inofensivos, otros ya más grandes que requerían ser quitados del medio empujándolos con los Zodiacs. Estos guachos no respetaban horarios, así que algunas noches nos despertábamos sobresaltados por los ruidos secos que hacían estos visitantes al chocar contra el casco del velero. Nada agradable por cierto el sonido a metal machacado.

Era frecuente ver cada mañana algún cacho de hielo varado contra el puente, a veces retorciéndolo peligrosamente hasta que se zafaba y seguía su ruta tranquilamente hasta el fondo de la caleta.

Pero una noche mientras cenábamos se nos vino encima uno muy grande, mucho más de lo habitual. Su altura lo hacía sobresalir por encima de la proa del velero, desde donde había una muy buena panorámica del operativo de extracción del intruso. En un momento la marea lo empujó sobre nosotros y empezó a ejercer presión sobre la plataforma en la que estábamos parados con unos crujidos ensordecedores…que cagazo que nos pegamos!!! Definitivamente, este fue el peso pesado de los que vimos entrar en nuestra caleta…brrrrrr…




Finalmente los domingos se convirtieron oficialmente en el día de descanso, hubiera sol o no. Era preciso parar por lo menos un día a la semana! Ideal para levantarse tarde, desayunar tranquilo…y ver algunos dibujos animados!! De a poco se convirtió en una costumbre y quedó como característica de esos días. Looney Tunes, Los Simpson, Meteoro…hasta vimos Plaza Sésamo!!! Manhá, manhá…

Mi francés seguía de lo más incipiente así que durante las comidas mientras hablaban a mil me dedicaba a escuchar la música de fondo.Y qué lujo que teníamos abordo en ese aspecto! Llegué a la conclusión de que en Canadá te regalan un iPod por ser nativo de esos pagos nomás! Qué profusión de tecnología! Y como la mayoría escuchaba música en sus compus portátiles, se empezaron a acumular en la barra de la cocina, donde donde Francois dejó su parlante portátil especialmente diseñado para estos aparatejos. Conclusión? Siempre había varios iPod a mano como para elegir algo que escuchar… yo me pregunto: cómo se vuelve de esto???? Jajjajaja…

Los pocos días buenos que tuvimos los aprovechamos al máximo. Por mi parte hice una nueva salida en kayak explorando el canal y la bahía donde irónicamente terminaríamos después. Otro día de aquellos, domingo de pascuas para ser preciso.





A la vuelta quería más, así que me subí el glaciar. Esta vez con el sol declinante del atardecer tuve una nueva perspectiva de los colores y los juegos de sombras que me daba la luz rasante. Inolvidable!




Cuando bajaba inauguré un nuevo deporte extremo: el descenso corriendo! No pude aguantar la tentación y me dejé llevar por la pendiente…qué adrenalina!! Y más teniendo en cuenta las grietas que había por ahí!!! Ya se, ya se, eso no se hace…y no lo haré más…prometido! (joder, que difícil que es escribir con los dedos cruzados!!).



Lo mejor de todo sin dudas fue el día posterior a la llegada del Gould, en el que con la excusa de ver la nueva ubicación de la boya para el sitio de muestreos, me enganché en una salida que hizo Jean a filmar los glaciares que hay por la zona. Nos pasamos toda la tarde en el Musculus recorriendo los alrededores, acercándonos a las islas vecinas a nuestro archipiélago. Eso me dio la oportunidad de ver las cosas desde otro ángulo y punto de vista. Qué imponentes los glaciares tan de cerca! Y el mar tapizado de pequeños retazos de hielo. Al apagar el motor del bote se podía oír el crujir del hielo en el agua…




La coronación de la salida fue cuando durante el regreso nos topamos con un grupo de ballenas Minke que se estaban alimentando por la zona. Qué espectáculo para los sentidos ver a esos mamíferos gigantescos tan cerca nuestro…el sol caía en el horizonte tiñendo todo de naranjas y rosados…un día inolvidable!!



Previendo lo que sería el invierno y como para que no entrara mucho chiflete por la puerta de adelante (que desemboca en nuestro vecindario), Mario y Serge se pusieron manos a la obra con la construcción de una pequeña caseta-cabaña-refugio, o como lo quieran llamar. Su función era servir de antecámara para dejar las pilchas mojadas o las botas con nieve antes de meterse en el velero.

Llevó su tiempo ya que la cosa venía con aislamiento térmico y todos los chiches. El evento merecía una buena inauguración y el viernes 5/5 fue la convocatoria. Apretados en el reducido espacio hubo un flor de despliegue gastronómico acompañado de música y canilla libre, con lo que al poco rato el ambiente se puso festivo y se armó una verdadera pachanga. La primera fiesta antártica de nuestro periplo! En el medio hubo una pausa en la que junto con Marco armamos equipo e hicimos una guerra de nieve que quedó para la historia! Especialmente porque mi mejor tiro, de lleno en plena cara, fue a parar a la de Marco!! Con estos amigos quién precisa enemigos!! Jajjaja…

Las secuelas de golpes por los patinazos y la resaca del chupi fue más que evidente al día siguiente en algunos integrantes del grupo…preservemos el anonimato por razones de ética!

Ese domingo por fin inauguramos la pared de escalada, todo un logro basado principalmente en el esfuerzo y la garra de Amelie, Seba y Serge…lamentablemente efímero. Esa misma noche tendríamos que evacuar Melchior por razones de fuerza mayor…


Aquellos que sigan los acontecimientos a través de la página del velero (www.sedna.com) habrán podido experimentar algunos de los hechos relatados en estas crónicas. Los que no, qué esperan???

Pueden hacerse una idea de lo que eran las tormentas, lo que implicó la partida de la base y la reubicación en esta bahía, lo duro que resultó hacer un asado en estas latitudes, ver en vivo y en directo cómo se vivió la fiebre del Mundial. Para los fanáticos de las ballenas, el video del 15 de mayo seguramente les va a quitar el aliento…y habrá más!!!

Besotes y abrazos para todos/as!!

Salut!!

Damián


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